Autor: Alexei Toledo
Fuente: Expreso
La sombra de la violencia marxista amenaza nuestro pais |
No bien terminó la súper convención de izquierda que anuncia un frente unido -es un decir-, integrado por el Movimiento Nueva Izquierda (MNI), el Partido Socialista (PS), Patria Roja, Tierra y Libertad (y tome pin y haga pum, entre otros)-, y al día siguiente los dirigentes radicales comenzaron a pelearse entre sí las candidaturas.
Apenas Gregorio Samsa -adivine el lector acucioso- anunció que iba con su movimiento político regional a las elecciones locales, regionales y -si no lo paran, quién sabe, nacionales-, Carlos Tapia salió presuroso a aclarar que Gregorio no va a liderar al nuevo frente de izquierda a ninguna parte.
De otro lado, el nombre que han escogido para el nuevo frente -Más Perú, según Olmedo Auris-, aparentemente está ya registrado, con lo que probablemente el nuevo frente necesitará pronto un segundo bautizo. Nuestra izquierda es entrañable. Siempre será motivo de interés turístico: irremediablemente grandilocuente y sin ningún sentido práctico.
Pero esta izquierda pro cubana -vertiente Tres Patines- le dejó el camino libre a Sendero Luminoso. Hace unos días, un amigo hacía una comparación válida, pero escalofriante: comentaba que en los 70 un político de largo recorrido decía que las únicas organizaciones que en el Perú trascendían en el tiempo eran la Iglesia, el Apra y las Fuerzas Armadas. Es una afirmación técnicamente innegable. Hoy diría quizás que esas tres organizaciones son la Iglesia, las Fuerzas Armadas y el radicalismo de izquierda. Y Sendero lo aprovecha. Con el cambio de estrategia del grupo asesino y la instrumentación de los medios de comunicación para sus objetivos, estamos ante un terrorismo recargado (reloaded), cuya plataforma no es solo el campo militar, sino los colegios, las universidades, las organizaciones sindicales y, muy especialmente ahora, los frentes de defensa. El objetivo son las elecciones: los gobiernos locales y las presidencias regionales.
La vieja izquierda reciclado no en ong´s y movimientos seudo ambientalistas no deja de lado la nostalgia de los crímenes de la antigua Unión Soviética y su "padrecito" Stalin |
Sumado eso a una maquinaria legal de ONG, fiscalías y un poder judicial amedrentados o infiltrados por los intereses terroristas, el peligro para la democracia es clamoroso. La prueba es el intento de inscripción del brazo legal de Sendero Luminoso: el Movadef y su pretensión de participar en la vida política del país.
¿Estamos siendo alarmistas? Las guerras ideológicas son de largo aliento y así lo entienden los maoístas. Perdieron la batalla en los 90, pero hoy el panorama nuevamente es sombrío y ya los compañeros de ruta se preparan para cosechar electoralmente. ¿Enfrentarán políticamente los partidos democráticos este peligro? Ya sabemos que las payasadas del radicalismo de izquierda preparan el camino al terrorismo.