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miércoles, 11 de julio de 2012

Los infiltrados

¿Cuál es la típica excusa que dan los rojos cuando se les comienza a aplicar la ley por fomentar desmanes? Pues le echan la culpa de la violencia ocurrida a unos supuestos "infiltrados", gente que no son de sus filas y que gratuitamente o por orates se entremezclan en sus acciones para atacar a las fuerzas del orden y la propiedad privada, mientras los rojos son tan sólo unas pacíficas ovejitas a las que la malvada derecha quiere reprimir a pesar de la justicia de sus bucólicas protestas. Incluso ayer el veterano moscovita Gustavo Espinoza envió un artículo por mail (siempre lo leo a él o a Lévano, porque, al margen de sus "ideas" ya antediluvianas para el siglo XXI, manejan un rico castellano y un bagaje cultural que lamentablemente cada día se pierde más en nuestra prensa) donde le achaca toda esta subversión desestabilizadora contra el gobierno a agentes encubiertos de la derecha local y el Imperialismo yanqui, algo realmente lisérgico en extremo.

¡Encima que estos rojos nos incordian -como siempre- por su obsesión de tomar el poder como sea, acusan con disparates a a sus adversarios o a fantasmas!

Aparte de esto de los "infiltrados", otra linda es esa de que se "quiere criminalizar la protesta social". Es decir, las fuerzas del orden deben quedarse inmóviles ante el vandalismo, el bloqueo de carreteras, la matonería coercitiva hacia los demás y todas esas salvajadas callejeras que suelen utilizar los rojos para atarantar y presionar para lograr sus fines. ¡A ver si en la Cuba comunista te permiten esgrimir esta excusa absurda para poder protestar contra la dictadura de los hermanitos Castro, ese par de decrépitos mafiosos marxistas a los que Gustavo Espinoza rinde aún una trasnochada pleitesía! Aparte de que automáticamente mi desconfianza política se eriza cuando escucho que le ponen el apellido "social" a algo (como el gracioso de 
Carlos Cornejo de Canal N, que llama "dirigentes sociales" a los que no son más que cabecillas revoltosos), por supuesto de que se tiene que aplicar con la máxima firmeza la ley a estos gamberros ideologizados y a las atrabiliarias masas de agresivos ignorantes que azuzan (y que después se ponen a llorar como Magdalenas ante cámaras siempre cuando les preguntan el porqué hacen esas barbaridades) o sino esto es el caos y el triunfo de la oclocracia.

Y por eso hace bien también el PPC de solicitar que se le cancele la inscripción en el JNE como partido político al grupúsculo del cura Arana y la regidora Glave por estar promoviendo la violencia simultáneamente en Espinar y Cajamarca. Ya estuvo bueno de estar siendo tan permisivos.

Recuerdo cómo me impresionó una vez en España ver como la Guardia Civil se llevaba inmediatamente presa a una alcaldesa vasca tras pronunciar ésta un discurso a favor de la violencia y de ETA. No se le puede ceder un milímetro a la violencia. Y ya vemos como Fuerza Social en la municipalidad limeña está que apoya a los antimineros, mientras que su lideresa Villarán trata de pasar piola con ambigüedades y respuestas evasivas.

PD: Protesto por el cierre del programa "Radikales Libres" en RBC-TV si es que esto ha sido por presiones políticas. Si bien allí el sexógrafo marxista-humalista despechado Raúl Wiener y su colega Alexandro (así se llama el pobre y no es peluquero) Saco me insultaban a menudo allí, sería lamentable de que se les haya privado de su libertad de expresión.
Todos tienen derecho a soltar pacíficamente sus ideas, aunque sean estupideces rojas o diatribas.

par de decrépitos mafiosos marxistas a los que Gustavo Espinoza rinde aún una trasnochada pleitesía

¿Cuál es la típica excusa que dan los rojos cuando se les comienza a aplicar la ley por fomentar desmanes? Pues le echan la culpa de la violencia ocurrida a unos supuestos "infiltrados", gente que no son de sus filas y que gratuitamente o por orates se entremezclan en sus acciones para atacar a las fuerzas del orden y la propiedad privada, mientras los rojos son tan sólo unas pacíficas ovejitas a las que la malvada derecha quiere reprimir a pesar de la justicia de sus bucólicas protestas. Incluso ayer el veterano moscovita Gustavo Espinoza envió un artículo por mail (siempre lo leo a él o a Lévano, porque, al margen de sus "ideas" ya antediluvianas para el siglo XXI, manejan un rico castellano y un bagaje cultural que lamentablemente cada día se pierde más en nuestra prensa) donde le achaca toda esta subversión desestabilizadora contra el gobierno a agentes encubiertos de la derecha local y el Imperialismo yanqui, algo realmente lisérgico en extremo.

¡Encima que estos rojos nos incordian -como siempre- por su obsesión de tomar el poder como sea, acusan con disparates a a sus adversarios o a fantasmas!

Aparte de esto de los "infiltrados", otra linda es esa de que se "quiere criminalizar la protesta social". Es decir, las fuerzas del orden deben quedarse inmóviles ante el vandalismo, el bloqueo de carreteras, la matonería coercitiva hacia los demás y todas esas salvajadas callejeras que suelen utilizar los rojos para atarantar y presionar para lograr sus fines. ¡A ver si en la Cuba comunista te permiten esgrimir esta excusa absurda para poder protestar contra la dictadura de los hermanitos Castro, ese par de decrépitos mafiosos marxistas a los que Gustavo Espinoza rinde aún una trasnochada pleitesía! Aparte de que automáticamente mi desconfianza política se eriza cuando escucho que le ponen el apellido "social" a algo (como el gracioso de 
Carlos Cornejo de Canal N, que llama "dirigentes sociales" a los que no son más que cabecillas revoltosos), por supuesto de que se tiene que aplicar con la máxima firmeza la ley a estos gamberros ideologizados y a las atrabiliarias masas de agresivos ignorantes que azuzan (y que después se ponen a llorar como Magdalenas ante cámaras siempre cuando les preguntan el porqué hacen esas barbaridades) o sino esto es el caos y el triunfo de la oclocracia.

Y por eso hace bien también el PPC de solicitar que se le cancele la inscripción en el JNE como partido político al grupúsculo del cura Arana y la regidora Glave por estar promoviendo la violencia simultáneamente en Espinar y Cajamarca. Ya estuvo bueno de estar siendo tan permisivos.

Recuerdo cómo me impresionó una vez en España ver como la Guardia Civil se llevaba inmediatamente presa a una alcaldesa vasca tras pronunciar ésta un discurso a favor de la violencia y de ETA. No se le puede ceder un milímetro a la violencia. Y ya vemos como Fuerza Social en la municipalidad limeña está que apoya a los antimineros, mientras que su lideresa Villarán trata de pasar piola con ambigüedades y respuestas evasivas.

PD: Protesto por el cierre del programa "Radikales Libres" en RBC-TV si es que esto ha sido por presiones políticas. Si bien allí el sexógrafo marxista-humalista despechado Raúl Wiener y su colega Alexandro (así se llama el pobre y no es peluquero) Saco me insultaban a menudo allí, sería lamentable de que se les haya privado de su libertad de expresión.
Todos tienen derecho a soltar pacíficamente sus ideas, aunque sean estupideces rojas o diatribas.

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